Según dos estudios japoneses, jugar con la mascota genera en el organismo del humano un “estallido” de una hormona asociada con el instinto maternal, el enamoramiento y el placer. La acción de interactuar con una mascota produce una sensación de bienestar, según lo establecen dos estudios japoneses. En las relaciones interpersonales como por ejemplo entre el can y su amo, acontece una liberación de la oxitocina, conocida también como la “droga del amor”, la que provoca una disminución del estrés, combate a la depresión y ,de paso, le da más confianza a la persona. La conclusión del estudio nos demuestra los grandes beneficios que estos seres proporcionan, que lo único que buscan es cariño y protección.
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