¿Qué pasaría... si un día despertamos dándonos cuenta de que somos mayoría?
¿Qué pasaría si de pronto una injusticia, solo una, es repudiada por todos, todos los que somos, todos, no unos, no algunos, sino todos?
¿Qué pasaría si en vez de seguir divididos nos multiplicamos, nos sumamos y restamos al enemigo que interrumpe nuestro paso?
¿Qué pasaría si nos organizáramos y al mismo tiempo enfrentáramos sin armas, en silencio, en multitudes, en millones de miradas la cara de los opresores, sin vivas, sin aplausos, sin sonrisas, sin palmadas en los hombros, sin cánticos partidistas, sin cánticos?
¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos, y vos por mí que estoy tan lejos, y ambos por los otros que están muy lejos y los otros por nosotros aunque estemos lejos?
¿Qué pasaría si el grito de un continente fuese el grito de todos los continentes?
¿Qué pasaría si pusiésemos el cuerpo en vez de lamentarnos?
¿Qué pasaría si rompemos las fronteras y avanzamos y avanzamos y avanzamos y avanzamos?
¿Qué pasaría si quemamos todas las banderas para tener solo una, la nuestra, la de todos, o mejor ninguna porque no la necesitamos?
¿Qué pasaría si de pronto dejamos de ser patriotas para ser humanos?
¿No sé... me pregunto yo... qué pasaría?
Mario Benedetti
2 comentarios:
Alejandro, qué bonito artículo. NO me había tomado el tiempo de leerlo. Nos da una gran lección para la vida.
Saludos!
Saludos afectuosos!
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