Todo el proceso del Tantra radica en cómo unir a los opuestos, cómo ayudar a que las polaridades se disuelvan en un único ser. Y cuando estas completo, eres sagrado.
Ahora bien, el hombre y la mujer no pueden reunirse eternamente; solo puede tratarse de algo momentáneo. Esa es la desdicha del amor, y también su júbilo. El gozo, el éxtasis, es debido a la reunión momentánea. Al menos durante un momento uno se siente completo... no falta nada; todo encaja en una armonía. Hay un gran júbilo, pero no tarda en perderse.
El Tantra dice: emplea esto como una llave... la reunión con lo exterior solo puede ser momentánea. Pero hay una mujer y un hombre interiores; la reunión con lo interior puede ser permanente, eterna.
Así que aprende el secreto desde el exterior y aplicalo al interior. Ningún hombre es solo un hombre y ninguna mujer solo una mujer. Esta es una de las más grandes percepciones del Tantra... porque un hombre nace de hombre y mujer, de la reunión de esas dos polaridades. Lleva algo del padre y algo de la madre.
Igual sucede con la mujer. De manera que en lo más hondo de nosotros también está el opuesto; si la mente consciente es hombre, entonces la inconsciente es mujer, y viceversa. A menos que aprendas el arte de reunirte con el otro interior, el amor permanecerá como una desdicha y el júbilo como un círculo vicioso, y te sentiras desgarrado. Esa reunión interior es posible del mismo modo que es posible la reunión exterior.
Pero la interior tiene algo especial: no necesita terminar... puede ser un matrimonio verdadero.
Osho
Fotografía: Nadia Moro
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