El ego - Enemigo mío


El ego nace con nosotros cuando llegamos al mundo, cuando somos niños, a través del amor, del cuidado, sentimos que somos buenos, valiosos, que tenemos cierta importancia, nace un ego, un “centro”.
Pero este centro es un centro reflejado, no es nuestro ser verdadero. No sabemos quiénes somos, solamente sabemos lo que los otros piensan de nosotros. Y este es el ego: un reflejo de la opinión de los demás.
Si cuando somos niños nadie piensa que somos útiles, nadie nos aprecia, no nos sonríen, entonces también nace un ego, un ego enfermo, triste, rechazado, como una herida, sintiéndose inferior, sin ningún valor.
Esto también es el ego y también es un reflejo.
Primero es la madre la que forma nuestro mundo. Después otras personas se le suman a la madre y así irá creciendo el mundo del niño. 
Y cuanto más crecemos, más complejo se vuelve el ego, ya que las opiniones de muchos más son reflejadas. 
El ego es un fenómeno acumulativo; es el subproducto de vivir con otros. 
Y como lo real, sólo puede conocerse a través de lo falso, el ego es una necesidad. Uno tiene que pasar a través de él y trascenderlo para vislumbrar lo que somos realmente. 
Lo real puede ser conocido a través de lo ilusorio. No puedes conocer la verdad directamente. Primero deben conocer lo que no es verdadero. Primero tienen que encontrar lo que es falso. Y es mediante ese encuentro cuando se vuelven capaces de conocer la verdad. Si conocemos lo falso como falso, la verdad despertará en nosotros. 
El ego es una necesidad social. Y todo el mundo refleja. Vamos a la escuela y el maestro reflejará quiénes somos. Seremos amigos de nuestros compañeros y ellos también nos reflejarán quienes somos. 
A la sociedad no le interesa que lleguemos a conocernos a nosotros mismos. 
La sociedad crea un ego, porque el ego puede ser controlado y manipulado. Nadie ha escuchado jamás que la sociedad pueda controlar al SER: eso es imposible. 
Después lentamente nos convencemos de que ese ego que la sociedad nos da, es lo que somos. 
El ego siempre está en busca de alimento, que alguien lo aprecie, que le brinden atención. Si nos quieren, estamos felices, si nos desprecian pensamos que no valemos nada. 
Obtenemos la idea de quienes somos por los demás, no es una experiencia directa. 
Vivimos con ese centro falso sin saber que llevamos nuestro verdadero SER dentro nuestro. 
Deben comprender esto tan profundamente como puedan, porque el ego debe ser controlado. 
De lo contrario, nunca vamos a ser capaces de alcanzar el SER. Porque nos hemos vuelto adictos a ese centro falso y no podemos salir de él, nos hemos convertido en prisioneros. 
Al desechar al ego sentiremos que perderemos todos los límites y estaremos aturdidos, aterrorizados, estremecidos, como si hubiera ocurrido un terremoto. 
Pero si tenemos valor y no retrocedemos, si no volvemos a caer en el ego y seguimos más allá de él, hay un centro escondido dentro de ti, que has llevado por tantas vidas, es tu alma, el SER.
Fotografía Ben Goossens - portfolio

0 comentarios:

 

Todos necesitan inspiración

NOTICIAS

Charla Motivacional en Santiago

Blogroll

About