Cuando nuestro gran ego se siente atacado o menoscabado, nos enojamos. Somos tan ególatras y egoístas, que vivimos en un mundo donde la lucha de egos es una constante. Por eso tanto enojo. Cuando sobreviene la risa, es cuando florece el verdadero ser, superando al ego, y celebrando esta dicha, aunque sea por solo unos minutos.
Alejandro Zavala
Fotografía : Ronen Goldman
0 comentarios:
Publicar un comentario