Uno de los grandes errores de las personas es dejar todo en manos de Dios. Se le delega la salud, el bienestar, las relaciones, la economía y todo cuanto nos suceda, cuando realmente es nuestra responsabilidad individual hacernos cargo de nuestra propia existencia, para ser verdaderos colaboradores del todo. Como decía mi abuela "No podemos darle todas nuestras obligaciones al gran jefe, el ya tiene bastante con motivar, supervisar, y sostener a todos"
Alejandro Zavala
Imagen: Carla Mascaro
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