Cuando dos mundos se encuentran

Estar en pareja es una de las experiencias más ricas y complejas que podemos vivir. La pareja es el resultado de la relación de dos individuos que se encuentran en una situación de intimidad única. Dicho de otro modo: dos mundos se encuentran. 

Por que cada uno tiene una historia personal y familiar, una educación específica, una manera de ver el mundo, unas experiencias vitales que los hacen únicos. Y eso implica una gran complejidad, una gran diversidad, un gran desafío. Entonces cuando dos personas se relacionan, se relacionan dos mundos, dos maneras distintas de ver y valorar la Vida.

Si bien este es un fenómeno humano riquísimo, implica también el riesgo de que en algún momento surjan problemas para los que es mejor estar preparados.

Aquí esbozamos muy brevemente algunas sugerencias para tomar en cuenta:
  • OBJETIVOS COMUNES: una pareja ha de tener objetivos comunes para poder evolucionar. Metas que ayuden a alinear fuerzas y voluntades. Estas metas dan sentido y dirección. Permiten que se desarrollen emociones, ideas y esfuerzos comunes que fortalecen el vínculo.
  • LIDIAR CON LA RUTINA: un obstáculo clásico de toda relación larga es la aparición de la desagradable y desgastante rutina. Nunca serán demasiadas las energías que se inviertan en crear estrategias que ayuden a vencer la rutina.
  • DAR Y RECIBIR: una delicada armonía se necesita en esta área de la relación. Dar y recibir objetos, caricias, emociones, palabras de aliento, de apoyo, críticas saludables. Un ejercicio sutil, donde el desequilibrio genera desajustes de poder dentro de la relación, con consecuencias nefastas para ambos.
  • ADMIRACIÓN Y RESPETO: que la convivencia o la costumbre no te vuelvan ciego. Por que así dejarías de ver por que te enamoraste de esa persona. Nunca pierdas el respeto, por que confianza significa sensibilidad y conocimiento del otro, pero no descuido, falta de tacto o consideración.
  • CUIDADO PERSONAL Y CUIDADO DEL VÍNCULO: un dinámico y sutil equilibrio entre cuidarme y enriquecerme como individuo, sin descuidar a la pareja. Y un interés deliberado por alimentar la relación sin descuidarme a mi mismo ha de ensayarse día a día. Ni el egoísmo que “se corta sólo”, ni la fusión irresponsable dónde le cargamos al otro con la responsabilidad de hacernos felices…
  • COMUNICACIÓN: es de vital importancia en una pareja sana y responsable ejercitar la comunicación en todos los niveles. En lo sexual-corporal, por que la relación sexual es una forma de comunicación. En lo emocional, por que la ternura y los enojos forman parte de la comunicación. En lo psicológico-individual por que mi pareja NECESITA saber de mis deseos y necesidades, de mis gustos o disgustos con respecto a todo lo que atañe a la relación, y por que yo necesito saber lo mismo de mi amada/o. Para lo que necesito aprender a escuchar y aprender a decir las cosas correctamente.
  • AMISTAD/COMPAÑERISMO: este es uno de los puntos claves de toda relación de pareja. Una profunda amistad, una gran intimidad física, emocional, psicológica y espiritual. El acompañarse mutuamente en el placer y las necesidades, en los dolores y las alegrías. Estar en pareja es entre otras cosas tener la capacidad de atravesar innumerables experiencias de toda naturaleza a lo largo del tiempo. Todo lo que ayude a reforzar la amistad y el compañerismo será de inmensa ayuda para el vínculo.
  • APRENDER A DISCUTIR: ya que las peleas y las discusiones son una parte natural e inevitable de la vida en pareja, es necesario que podamos aprender a decir lo desagradable, a opinar y sentir diferente sin llegar al agravio. Un gran desafío: pelear “sin que la sangre llegue al río”.
  • SEXUALIDAD: es un área muy sensible y de inmensa importancia en todo vínculo. La sexualidad pide conciencia y diálogo. Es importante evitar la rutina, el automatismo, la arbitrariedad y toda conducta abusiva o de indiferencia. Los miembros de la pareja necesitan estar dispuestos a dialogar francamente sobre lo que les gusta y disgusta, sobre sus miedos y fantasías y sobre todo aquello que incremente y enriquezca la intimidad y la confianza en el vínculo.
  • DIFERENCIAR LA INTENSIDAD DE LA PLENITUD: un error muy común es confundir las experiencias intensas con plenitud. Para combatir la rutina la pareja puede crear situaciones en las que se ve impulsada a la búsqueda de experiencias intensas. En general son experiencias vacías, que producen desgaste y exponen riesgosamente a los participantes. La plenitud en cambio, es una vivencia cargada de sentido y de conciencia que enriquece sin poner en riesgo la relación.


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