Feng shui y las tres voluntades

Las tres voluntades en feng shui son citadas a veces también como las tres suertes por diversos autores, pero he decido cambiar el termino "suerte", ya que para la mente occidental nos hace pensar en hechos fortuitos que escapan a nuestro dominio, y esto no es del todo correcto.
El que no seamos capaces de entender la manifestación de ciertas tendencias o hechos en nuestra vida diaria no quiere decir que no exista, en verdad, una ciencia y leyes naturales que puedan explicar los procesos.
En muchos casos, las personas que se sienten inclinados al aprendizaje o aplicación del feng shui, no tienen un concepto claro del nivel de influencia que representan en nuestra vida. ¿Hasta donde puede ayudarnos y hasta donde no puede hacerlo el feng shui?. Eso es lo que trata de acercar este artículo.

La voluntad del cielo

Consideramos la voluntad del cielo, como la reunión o expresión innata de la energía al venir a la existencia. Es aquello que viene dado en el momento de nacer de un ser humano, como suma de defectos y virtudes, así como de ciertas oportunidades y eventualidades que parecen ineludibles.
Estos hechos se podrían explicar tanto del punto de vista de la mente racionalista como herencia genética, como desde el punto de vista metafísico o espiritual, que entiende la experiencia humana como una acumulación en el alma, de diferentes existencias físicas.
En cualquier caso todo el mundo estará de acuerdo, en que las personas nacen con distintas aptitudes, podemos encontrar a un prodigio como Mozart desde la más tierna infancia o un personaje con nulo sentido del arte musical, pero quizás con excelentes posibilidades en la dirección de un ejercito.
La voluntad del cielo según algunos maestros de feng shui sugiere en importancia sobre un 30 a un 40 por ciento sobre las experiencias de vida. Yo no soy muy partidario de poner un número o porcentaje exacto a estos hechos, dado la profundidad y abstracción del tema, pero dejo esos datos para que el lector pueda formarse su propia idea sobre el asunto. Si creemos que la energía sigue un patrón de causas y efectos, la voluntad del cielo es el efecto expresado en una vida determinada de un sinnúmero de causas precedentes.
Lo importante a subrayar, es que aunque hayamos nacido con ciertas aptitudes que actúan como un molde, podemos modificar su contorno con nuevas elecciones, conocimiento y tesón personal. ¡Esa es nuestra oportunidad!

La voluntad de la tierra

La voluntad de la tierra es lo que denominamos en realidad como arte y ciencia del feng shui. Se trata de la influencia y presión que ejerce sobre nosotros la tierra desde el punto de vista ambiental. El feng shui se ocupa precisamente de estudiar como la energía que nos circunda nos afecta, el magnetismo terrestre, la geografía, los ríos y caminos, el color, el clima, el agua, o la infinita variedad de formas constituyen variables que apoyan al feng shui.
Si usted quiere escalar una montaña mítica del Himalaya y conoce los pasos menos peligrosos y su clima tendrá más posibilidades de llegar a su cumbre sin perder la vida en el intento. Así es el feng shui; un conjunto de leyes ambientales y ciclos que el practicante de feng shui se esfuerza por aprender, para poner al mejor servicio de sus consultantes, así como un médico se esfuerza por aprender las leyes y secretos que rigen la fisiología humana.
Para algunos maestros de feng shui la voluntad de la tierra se acerca al 30 por ciento de afectación en la vida humana, lo es que mucho. Como he dicho anteriormente, es un dato que debemos entender, según mi punto de vista con cierta flexibilidad.

La voluntad del hombre

La voluntad del hombre se mezcla de forma intrincada con el cielo y la tierra, pero es aquella luz que nosotros podemos encender o apagar mediante nuestro propio esfuerzo en alas de iluminar nuestro camino.
Aquel que se acerca al feng shui pensando que al colocar unas "monedas mágicas" en un rincón de su casa, tendrá mayor prosperidad mientras dormita perezosamente sentado en su sillón, no dejará de encontrarse tarde o temprano con una desilusión en su camino.
Sin embargo, afortunado aquel que mezcla su mejor esfuerzo y anhelo personal, con conocimientos de su terreno. Se trata del hombre que teniendo unas semillas, se levanta temprano para buscar el mejor terreno donde una vez depositadas, regadas y mimadas por su propia mano, dejarán nacer el mejor fruto posible.
Un jardín al que no se le arrebatan las malas yerbas puede dejar paso al desorden, y es aquí donde nosotros debemos trabajar por nuestro propio sueño y destino eliminando las piedras del camino y regando lo que tiene virtud.
Es la voluntad del hombre nuestra mejor oportunidad, la libertad de decidir sobre esa porción de energía que la existencia pone a nuestro recaudo. Por todo ello, el mejor consejo que podemos dar a quien desea utilizar el feng shui, es que nunca olvide, en ningún momento, que el mismo tiene a su disposición una llave que abre puertas, quizás la mejor y más preciada de todas.
Podemos aceptar humildemente la realidad que el cielo ha designado sobre nosotros, sin que ello suponga sucumbir pasivamente a ningún destino, puesto que si hay una regla certera en el universo es la existencia de una corriente perpetua de movimiento, el la cual podemos nadar mediante la adquisición de conocimientos y cultivo de nuestro esfuerzo.
Eso, sin lugar de dudas, sembrará nuevas oportunidades y modificaciones en el curso del cielo, el hombre y la tierra.

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