La alegría, la actitud positiva y la espiritualidad son medios y remedios eficaces, a la vez nutrientes maravillosos para mantener el alma y el ser fortalecido. La felicidad es la herencia natural para aquellos cuyas acciones, actitudes y características son puras y están de cierta manera libres de egocentrismo.
La espiritualidad es la única medicina para la conquista de la salud integral.
Existen distintas religiones para distintas personas, pero espiritualidad es una para todos. Espiritualidad es asumir la responsabilidad por mi cambio personal y evolución como individuo. Admitir que yo soy responsable por mi situación actual, y no los demás o las circunstancias.
Espiritualidad es hacer lo que usted piensa y habla. Es pensar en forma positiva y con claridad, con juicio acertado y actitud bondadosa. Es vincularse con los semejantes con una actitud y visión de hermandad.
Espiritualidad es la experiencia del yo como un alma pacífica y pura, en relación con la Fuente Donadora de la Vida, el Ser Supremo. Dios es el Eterno sustentador de los valores espirituales.
Mi relación constante y profunda con Él me asegurara el entendimiento espiritual y la fuerza interna necesaria para vivenciar los valores esenciales en mi vida que luego manifestare a los demás.
La Espiritualidad es parte del ser, y debiese tener la más alta importancia en nuestro diario vivir, para lograr el bienestar integral en todos los aspectos de la existencia.
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