Mascotas y bienestar

Las mascotas aumentan tu bienestar físico y emocional, tener una mascota significa diversión, pero distintas investigaciones han comprobado que convivir con un animal puede brindarnos una mayor felicidad general, disminuir nuestro estrés, motivarnos para hacer más ejercicio y mejorar nuestra calidad de vida.

Estas alegrías cotidianas nos recuerdan que deberíamos tomar las cosas con más calma en nuestra vida tan ajetreada y además muy estresante.

Los estudios señalan que las mascotas inclusive pueden reducir la presión arterial alta y estabilizar las concentraciones de colesterol en la sangre y además reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares. Los dueños de animales acuden a consultas médicas hasta un 15 por ciento menos que las personas que no tienen mascotas.

Diversas encuestas revelan que más del 70 por ciento de los dueños de mascotas aseguran que nunca o muy rara vez se sienten solos, y las posibilidades de alcanzar el nivel recomendable de actividad física por semana se ven incrementados; los dueños de perros sumaban 55 minutos más de actividad física total por semana que las personas que no tenían perros.

Tener una mascota también podría ser la solución para reducir el estrés de la vida moderna, enseñar a nuestros hijos a ser más disciplinados y nos acerca más a nuestra comunidad: la gente habla más con uno cuando tiene una mascota.

Cuando un bebé llega a casa:

Si usted va a ser papá o mamá y le preocupa que su mascota no se adapte bien a la llegada del bebé, te aconsejo cómo facilitarle la transición.

Si bien los gatos no son agresivos con los bebés, sí les despiertan curiosidad.

Convierta la cuna y el corralito en “zonas prohibidas” para su gato desde antes de que nazca el bebé.

Luego, una vez que ya esté en casa, coloque un biombo dentro de su habitación para impedir que el gato se acerque a la cuna.

Pase 15 minutos al día jugando con ellos o acariciándolos.

Si tiene un perro podría mostrarse celoso y desplazado, pero los perros bien entrenados no reaccionan así porque entienden el lugar que ocupan en la jerarquía familiar.

Otra opción es crear un espacio exclusivo para el perro: un lugar tranquilo donde pueda apartarse de un recién nacido.

Llene la casa con sonidos y olores de bebé; invite a amigos que tengan niños de brazos, y utilice aceite de bebé como humectante para que su perro se familiarice con el aroma.

Mantenga la costumbre de sacar a pasear al perro, y lleve también al bebé para que se forme un vínculo entre ellos.