Liberar el estrés

Muchas veces tenemos la sensación de que el tiempo no nos alcanza, es imposible que hagamos una pausa para nosotras mismas, para compartir  momentos con nuestra familia, si evaluamos cómo organizamos el tiempo durante el día, podremos encontrar varios espacios libres.

Osho: “En lugar de disfrutar del tiempo libre, dedicamos esos ratos a pre-ocuparnos”. Una solución para muchos casos de estrés puede ser encontrar un ritmo correcto que nos ayude a disfrutar del día.

Dieta saludable:

Cuesta mucho organizar una dieta sana, que la misma incluya variedad, sabores frescos, vegetales y frutas. Organizar lo que vamos a comer pensando en la salud es un gran paso hacia un ritmo libre de estrés.

Una forma de empezar a escuchar las verdaderas necesidades de nuestro cuerpo es liberarnos de las ofertas de consumo que nos llegan desde todos los medios: afiches, revistas, televisión y radio, en las que se promocionan gaseosas, helados, embutidos y golosinas.

Lectura:

Muchas personas que aman la lectura se encuentren distanciadas de los libros por no saber cuál es el momento para sentarse a leer, no es necesario comenzar y terminar un libro en el mismo día, sino que es suficiente con dedicar media hora, unas páginas o un capítulo, para renovar el lazo con la lectura.

Apagar el TV es la clave, además, la lectura puede compartirse en familia, los niños con padres lectores puede que se inclinen también hacia las bibliotecas, por lo que vale la pena hacerle un tiempito a este hábito tan saludable.

Agua, ejercicios, silencio:

El agua es esencial para el organismo, la botellita de agua en la cartera es una gran opción para no dejar de lado este recurso natural a la hora de hidratarnos y desechar toxinas, este acto nos conduce hacia un mayor equilibrio con nosotras mismas.

La tendencia a la quietud que nos impone la vida moderna: estar horas quietos mirando una pantalla es algo a lo que el cuerpo se acostumbra, salir a caminar, andar en bicicleta, ir al gimnasio una vez por semana, modifica también el ritmo agobiante que nos impone la rutina y nos ayuda a cambiar de perspectiva.

El silencio, está relacionado con la calma interior y especialmente con permitirnos pasar al menos un rato sin hacer nada: mirar por la ventana, respirar profundo, apagar el computador, sentarse en el jardín, escuchar los pájaros, hacer meditación, yoga, todo buen ritmo necesita sus pausas.