Lo lindo de la vida, es que cada momento, cada persona y cada ser te presenta una enseñanza.
El fin de semana recién pasado, le llevé al automóvil al cuidador de autos de la calle, quién además, entrega el servicio de lavado a un precio razonable. Me quedé acompañandolo mientras lavaba el vehículo, y mientras entrabamos en una grata conversación.... Le pregunté por qué siempre andaba rodeado de perros, los cuáles se veían muy bien alimentados y cuidados. Me contó parte de la historia de su vida: "Cuando niño fuí abandonado por mis padres, y fueron los perros de la calle los que me acompañaron por un duro y cruel pasar.... después de un tiempo llegué a un hogar de menores donde tuve que despedirme de estos fieles compañeros por algunos años. Cuando joven, ya fuera del hogar de huerfanos, y buscando un lugar donde trabajar caí en una profunda depresión por no encontrar oportunidades laborales, que me llevó a beber en exceso y quedar botado en la calle nuevamente.... lo sorprendente es que algunos de los mismos compañeros perros de la niñez me volvieron a acoger y a cuidar, recuerdo en especial al "Colo-colo", un perro blanco con manchas negras, chiquito pero con un corazón tremendo, parecía que solo le faltaba hablar, cada vez que me sentía triste se acercaba fuertemente a mí como queriendo abrazarme.... Por todos esos momentos vivídos, me siento muy agradecido de los hermanos perros, por eso hoy en día, trato de devolverles la mano, les pongo sus mantas, les compró su alimento, y los cuido tal como ellos me cuidan a mi. Actualmente tengo al "Zorro", al "Eduardo Andrés", al "Rucio", al "Cholo", y al "Autista". Son cinco, mañana quizás sean más, o puede que sean menos, pero mientras estén conmigo, trataré de entregarles el mayor amor posible".
Con esto me dí cuenta que más que estar frente a un cuidador de automóviles, estaba con un cuidador de perros, y emocionado, admire la belleza, la gratitud, y el amor con que desempeñaba su labor
El fin de semana recién pasado, le llevé al automóvil al cuidador de autos de la calle, quién además, entrega el servicio de lavado a un precio razonable. Me quedé acompañandolo mientras lavaba el vehículo, y mientras entrabamos en una grata conversación.... Le pregunté por qué siempre andaba rodeado de perros, los cuáles se veían muy bien alimentados y cuidados. Me contó parte de la historia de su vida: "Cuando niño fuí abandonado por mis padres, y fueron los perros de la calle los que me acompañaron por un duro y cruel pasar.... después de un tiempo llegué a un hogar de menores donde tuve que despedirme de estos fieles compañeros por algunos años. Cuando joven, ya fuera del hogar de huerfanos, y buscando un lugar donde trabajar caí en una profunda depresión por no encontrar oportunidades laborales, que me llevó a beber en exceso y quedar botado en la calle nuevamente.... lo sorprendente es que algunos de los mismos compañeros perros de la niñez me volvieron a acoger y a cuidar, recuerdo en especial al "Colo-colo", un perro blanco con manchas negras, chiquito pero con un corazón tremendo, parecía que solo le faltaba hablar, cada vez que me sentía triste se acercaba fuertemente a mí como queriendo abrazarme.... Por todos esos momentos vivídos, me siento muy agradecido de los hermanos perros, por eso hoy en día, trato de devolverles la mano, les pongo sus mantas, les compró su alimento, y los cuido tal como ellos me cuidan a mi. Actualmente tengo al "Zorro", al "Eduardo Andrés", al "Rucio", al "Cholo", y al "Autista". Son cinco, mañana quizás sean más, o puede que sean menos, pero mientras estén conmigo, trataré de entregarles el mayor amor posible".
Con esto me dí cuenta que más que estar frente a un cuidador de automóviles, estaba con un cuidador de perros, y emocionado, admire la belleza, la gratitud, y el amor con que desempeñaba su labor
Alejandro Zavala
Imagen:Joan Louis > website
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