Podemos profundizar en este concepto, disfrutando la lectura de este fragmento de “El libro del sexo” de Osho:
Dejando de lado al hombre y concentrándonos en el reino animal o en el reino vegetal, ¿qué encontraríamos en el núcleo de todo?
Observando las actividades de una planta, ¿Qué encontramos allí? ¿Adónde conduce su crecimiento? Toda su energía se dirige a producir una nueva semilla. Todo su ser está ocupado en producir una nueva semilla.
¿Qué está haciendo un pájaro? ¿Qué está haciendo un animal? Si observamos profundamente las actividades de la Naturaleza entera, encontraremos un solo proceso ocurriendo en forma entusiasta, y este es, una creación continua.
El proceso de procrear, de crear nuevamente diferentes formas de ser. Las flores tienen polen, semillas; los frutos tienen semillas. ¿Cuál es el propósito de la semilla? La semilla crecerá y se volverá una planta, una flor, fruto, semilla y así sucesivamente, y el ciclo se repetirá…
El proceso de procreación en el “mundo vivo” es eterno. La vida es una fuerza que está ocupada continuamente en regenerarse a sí misma. La vida es creatividad, es un proceso de autocreación. (…)
¿En qué situación se encuentra el hombre? El hombre está esforzándose incesantemente para crear nueva vida. A esta tendencia la hemos llamado sexo.
Imagen: Sara Mohammadi
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