A nivel psicológico produce un efecto de distanciamiento del problema, de relativización de la toxicidad del entorno. Reírse de uno mismo y del sentimiento trágico de la vida supone aliviar cargas superfluas, entre otras razones porque no podemos escoger el tiempo que nos ha tocado vivir, y podría decirse que lo único que podemos escoger es la actitud con que nos tomamos las cosas. Recordemos que se necesita mucha más inteligencia e ingenio para hacer reír que para hacer llorar.
Fisiológicamente la risa, la broma provoca expansión en el aparato respiratorio, activación de sistema circulatorio y linfático y una mejor regulación del feed-back de las endocrinas. Es lo que se entiende por el efecto curativo de sentirse bien. ¿Les parece útil sentirse bien?
Juan Trigo
Imagen: Yue Minjun
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