VIVIR POSITIVAMENTE

Para conseguir vivir con una actitud positiva, nos debemos concentrar en actitudes muy sencillas pero que ponemos en práctica muy pocas veces. Vivimos en una sociedad con importantes cambios constantes, dónde las noticias destacadas son las más negativas, el valor del físico y lo económico ha cambiado mucho. Puede llegar a ser más fácil ser negativo que positivo. La familia ha experimentado grandes cambios y necesitamos adaptarnos, y todo con una rapidez increíble. Ahora si no corres, parece que no haces nada, la prisa nos obliga a ir demasiado rápido y a dejar muchas cosas importantes por el camino. Muchos niños no tienen capacidad de espera, esta situación abre las puertas a la ansiedad y el estrés.

Las personas positivas se motivan porque tienen objetivos, y se mueven por las ilusiones.

En el caso de las personas con pensamientos negativos provoca que no tengan objetivos o que estos sean demasiados lejanos. Conviene acercarse hacia un objetivo final con objetivos intermedios, que son los que nos hacen mover, es importante salir, moverse, reunirse, quedar con las amistades, tener autoestima, la propia valoración es la más importante. Cuando dependemos de la valoración externa nos alejamos de la seguridad personal y quedamos a merced de la negatividad de las comparaciones, la envidia, la rigidez, el victimismo, el excesivo ánimo de sacrificio, el sentimiento de culpa, la dependencia afectiva o la soledad.

Las personas positivas son personas a las que les gusta la vida, están satisfechas con lo que hacen, y si no lo están, buscan un cambio, También saben identificar muy bien sus responsabilidades, alejando los sentimientos de culpa. Tampoco esperan la aprobación externa. Son personas que conectan con sus emociones y se identifican con lo que hacen, sienten, ríen y también lloran. Saben decir que no y se arriesgan emprendiendo iniciativas. Buscan objetivos que las ilusionen y son conscientes de lo que necesitan.

Ser positivo es un peldaño más hacia la felicidad.