EL TÉ BLANCO


El té blanco ha sido estimado como el antioxidante más poderoso de la naturaleza, mucho más que el té verde. Los brotes más jóvenes que están llenos de energía, poseen todos sus nutrientes.
Potente acción antioxidante.
Lo mismo que el té verde, pero mucho más potente, el té blanco se distingue por ser el antioxidante más poderosos que nos brinda la naturaleza.
Según diversos estudios se considera que el té blanco es cien por ciento más beneficioso que el té verde, al poseer tres veces más polifenoles, los cuales ayudan a incrementar las defensas y además logran neutralizar la actividad de los radicales libres.
El té blanco también es capaz de proteger la producción de lípidos mejor que el té verde, por este emotivo el té blanco es más saludable y potente que la vitamina E y la vitamina C juntas.
El te blanco posee una lista extensa de propiedades, entre las que se destacan porque:
Elimina la fatiga física y mental.
Colabora en las dietas anti obesidad, debido a que no posee calorías, es diurético y favorece la eliminación de grasas.
Es un aliado excelente en enfermedades cardiovasculares, reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.
Previene las caries, esto se debe a si elevado contenido en flúor.
Refrescante mental, favorece la capacidad de concentración y la memoria y brinda energía y mucha voluntad.
Elevados niveles de polifenoles, sustancias químicas que actúan como antioxidantes naturales, antioxidantes que pueden encontrarse además en alimentos como la fruta, la verdura, los germinados y las nueces entre otros.
En el té blanco los polifenoles que más abundan son las catequizas, que son anti cancerígenas y antibióticas, encargadas de enfrentar los radicales libres único responsables del envejecimiento de las células.
El te blanco favorece la salud de nuestro corazón, ayuda a prevenir infartos y regula la presión sanguínea, además ayuda a combatir el cáncer, ya que posee propiedades anti cancerígenas.
Al té blanco lo mismo que a todos los té, no debe echársele agua hirviendo, debido a que sus hojas se queman y llegan a perder todas sus propiedades.
Para evitar esto después de hervir el agua, se deberá esperar unos segundos y después incorporar sobre las hojas, preparando con el agua a 70 – 80º C, remojar entre 2 – 5 minutos antes de ingerir. 
Posee la mitad de la cafeína que el té verde,  por lo tanto puede ingerirse en mayor cantidad que este, consumiendo entre 2 a 4 tazas al día de té blanco.

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