Los Buenos modales son la expresión de lo mejor que cada uno tiene en su corazón para dar a los otros. No es simple romanticismo o cursilería. Los buenos modales verdaderamente expresan el nivel de conciencia que tenemos hacia la dignidad de los demás.
- Aprender a sonreír, independientemente de tu temperamento.
- Tener el hábito de saludar, independientemente de tu posición en la empresa.
- Vigilar el tono de tus palabras para no ofender al otro.
- Ser consciente del daño que hacen las malas palabras.
- Ser conscientes de que los gritos deben evitarse al comunicarse con la pareja y los hijos.
- Cuando hay necesidad de llamar la atención o discutir es necesario recordar que queremos integrar no desintegrar.
- Saber comportarse al tomar los alimentos.
Es por esto que es importante
Cuando un hombre y/o una mujer decide desarrollar y perfeccionar la cultura de los buenos modales para enriquecer su personalidad y así enriquecer a los otros, está trabajando en todas las áreas de su vida.
Los Buenos Modales en la dimensión física
Ocuparse en la búsqueda de un estilo personal tuyo que abarcará las vestimenta de tu closet, aseo y peinado. Ese estilo tiene que expresar la verdadera tú, tus valores, así como tus ambiciones profesionales.
Los Buenos Modales en la dimensión humana
Cuando, por ejemplo, nos decidimos a tomar unas clases de etiqueta para aprender el uso y manejo de los cubiertos, estarás aumentando la confianza en ti mismo ya que ante el conocimiento de lo que es correcto y de lo que es incorrecto, te manejaras con mayor soltura. Aprender a poner una mesa, así como tener el conocimiento básico de los principales vinos y bebidas es importante independientemente de tu posición social.
Los Buenos Modales en la dimensión espiritual
No es lo mismo saludar con la alegría de saber que vas a un encuentro con otros, a saludar por que es una costumbre. La verdadera relación con los otros se construye desde las potencias espirituales y requiere de un esfuerzo interior para hacer de un saludo simple, una canción de bienvenida para los otros.
Esto requiere, que haya en efecto reservas, combustible, abono. Me refiero a que la vida interior, añade un velo especial al alma de un hombre o una mujer. Te hace más sensible, más cálido, más humano. El corazón se vuelve frondoso, y ansioso por crear nuevas formas de relacionarse con los otros.
Por último, un consejo que no estará de más. Los buenos modales se demuestran en gestos, igual que en palabras y hechos. Su distintivo es la sonrisa. El poeta Horacio lo decía: "Nada impide decir la verdad sonriendo".
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