No creo en ninguna relación que no sea de complicidad, en la que uno pueda mostrar su lado lo culto, es decir ser sincero y expresarse libremente, pero con cariño, abrirse sabiendo que eso no va a ser utilizado en tu contra, lo cual es muy muy muy poco frecuente.
Para mi hay una palabra que define desde hace muchísimos años en mi vida cuando un hombre y una mujer logran llegar juntos al paraíso y por tanto quedarse ahí: CÓMPLICES.
Si no hay un gramo de complicidad entre la mujer y el hombre para hacer SU vida al margen de las monstruosidades de este mundo, no hay ABSOLUTAMENTE NADA.
Desde niño la frase “poseer a una mujer” tan característica de este planeta y tan “normal” incluso en parejas que mantienen una buena relación, me produce vómitos, repugnancia. NADIE posee a nadie ni es dueño de nadie, solo compañeros en la travesía del valle de las sombras de la muerte que es este pobre y generoso planeta poblado por una especie de homínidos antropófagos que se llama a sí misma “especie humana”. Somos iguales, al mismo nivel, de poder a poder, compañeros… CÓMPLICES…
Juan Trigo
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