Perdonar mejora la salud

Muchas veces no preguntamos de qué manera pedir perdón, otras resulta difícil decidir si perdonar cierta actitud errónea es lo más adecuado.

Estas actitudes se ven reflejadas en nuestro cuerpo y pueden reconocerse si se sabe cómo hacerlo.

Las huellas que deja el dolor generan cierto rencor y resentimiento y si uno no sabe perdonar, se lastima cada vez más, si realmente uno recapacita y alcanza el perdón, se sentirá aliviado y en paz con uno mismo.

Las religiones conducen al valor del perdón, pero además la ciencia ha descubierto que este camino es transitable y lleva a lograrlo a través de una terapia minuciosa y efectiva.

No es necesario decir que el resentimiento lo lleva a uno por caminos sombríos y que se encuentra muy lejos de crear felicidad, la salud es quien paga después el precio más alto.

Para empezar este camino de sanación interior identificar el rencor y entender que perdonar es poner amor en vez de rencor.

Se ha comprobado que cuando se alcanza el perdón la persona puede dormir mejor, mejora su salud, aumenta su capacidad de amar, ayuda a controlar la cólera, evita la depresión, y aprende a transformar esa actitud negativa en algo positivo para aprender.

La terapia es lenta pero muy eficaz si uno desea perdonar, para ello se deben seguir estos pasos:

Reconocer el rencor: identificar si se está obsesionado con este hecho y con esa persona, y si ha cambiado la forma que se tiene de ver la vida.

Tomar la decisión de perdonar: entender que esta actitud no conduce a ningún lugar positivo y que lastima. Aceptar que esta situación se puede cambiar y decidir finalmente que se está dispuesto a perdonar.

Empezar el camino hacia el perdón: tomar distancia y analizar lo que paso para entender qué es lo que causó tanto dolor. Manifestar hacia esa persona un gesto de amor para generar paz en uno mismo.

Alcanzar el perdón: pensar que no todos somos iguales y que muchas veces uno puede equivocarse en sus acciones. Reconocer la necesidad de perdonar y llevarlo a la práctica.

Si al final de este camino uno se siente orgulloso del valor que le ha dado al perdón, sabrá que fue sin dudas la mejor elección y sentirá por fin que la armonía y la paz reflejado en todo el cuerpo.