Los maestros en Yoga indican que uno de los elementos básicos de esta práctica es mejorar la respiración a medida que se van haciendo las posturas. La regulación de la respiración, que debe ser natural, ayuda a tranquilizar la mente y de esta forma favorece la concentración a la hora de realizar las posturas.
Una respiración correcta, completa, profunda y lenta se puede obtener una mejoría de todas las funciones físicas como así también mentales.
La disciplina del Yoga incluye un estilo de vida equilibrado con uno mismo pero así también con el entorno: una alimentación equilibrada, la actitud, la relación con los demás, etc. La práctica de Yoga favorece para enfrentar los problemas de una manera más positiva.
La respiración (del griego psyche: aliento, alma) es la única función fisiológica que, es involuntaria o mecánica (es una actividad refleja), pero también puede ser dominada conscientemente.
En la práctica del Yoga este control se llama Pranayama, un vocablo que proviene del sánscrito Prana (pra=primera unidad, na=energía) y Yama: (controlar y extender, manifestación o expansión). De acuerdo al Hatha Yoga Pradipika “cuando el aliento va y viene, la mente está inquieta, pero cuando el aliento se encuentra calma, también se calma la mente”.
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