La cebolla es un vegetal que puede cuidar nuestra salud, así era considerado en muchas culturas. En la medicina tradicional del Medio Oriente, las cebollas fueron recetadas para tratar la diabetes en sus diferentes tipos, también era recetada para tratar y aliviar los problemas respiratorios y digestivos, ayudarían a brindar mejoría en la recuperación de las lesiones atléticas.
Para tal fin se bebían su jugo, y la frotaban en sus cuerpos antes de las competencias.
Los tisulfinatos (compuestos sulfúricos son los responsables de su olor tan particular) pueden disminuir los síntomas de la diabetes y protegen contra enfermedades cardiovasculares.
La quercetina, un flavonoide que se ubica en las cebollas, logra prevenir las inflamaciones que están asociadas con las alergias.
La cebolla protege contra las úlceras estomacales y del colon, cáncer de seno y esofageal.
El cuerpo absorbe la quercetina procedente de las cebollas tres veces más rápido de lo que esta la absorbe cuando deriva de las manzanas (o del té, una rica fuente en esta sustancia).
Opte por las cebollas rojas (moradas) o amarillas, como sucede con muchos otros vegetales frescos, cuanto más color tiene mejor. Es recomendable consumir las cebollas levemente cocidas o crudas o crudas.
Hacerlas parte de nuestra dieta diaria de vegetales ya sea frescos o cocinados, será excelente para estar más saludables.
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