La mirada del Guerrero es tridimensional. Abarca el pasado, el presente y el futuro.
Del pasado obtiene experiencia.
Es en el presente que se desenvuelve su fluir.
Es el sueño de los palacios de cristal de las altas planicies lo que lo impulsa al futuro. Y por ello, el Guerrero sabe ser paciente.
Porque sus sueños son infinitos y lejanos.
Porque sus sueños son de gran envergadura.
Pero en el esperar hay esperanza.
Y hay la capacidad de disfrutar lo que ahora tiene a su alrededor.
Observando el faro de luz en alta mar, sabe que lo que importa en verdad, son los 12 segundos de oscuridad.
Sentires y pensares de Lucas Estrella
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