La multitud es esencial para que exista el falso yo. En cuanto está solo, comienzas a amilanarte. Ese es el punto en el que habría que tender un poco de meditación.
No te preocupes, porque aquello que puede desaparecer vale la pena que desaparezca. Carece de sentido aferrarse a ello... no es tuyo, no eres tu.
Nadie más puede responder a tu pregunta «¿Quién soy?»... tu lo sabrás.
Osho
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