La respiración es una conexión mente-cuerpo para lograr un estado de serenidad. Una serenidad mayor generara un incremento de la comprensión de nuestra realidad.
Nos volverá más curiosos y se tendrá una mayor apertura mental, al mismo tiempo que se podrá desarrollar la ecuanimidad, la compasión y la aceptación.
Hay que ejercitarse para modificar la percepción y el manejo de los estresores diarios por medio de la atención. Si se conocen los estresores físicos, las sensaciones y los psíquicos, los pensamientos, las emociones, los dolores crónicos se aplacarán, todos los disparadores de estos síntomas están relacionados a la emoción de enojo.
Las personas procuran rechazar las emociones negativas. Mindfulness nos enseñará a dejarlas brotar, se deberá aprender a aceptar, hay que empezar a abrir en un espacio mucho más amplio que no representa resignarse.
Un estrés agudo es una relación entre el entorno y un sujeto, quien evalúa la situación como amenazante, desbordante de sus recursos y como algo que pone en peligro su bienestar.
El problema es la forma en que se lo percibe y se lo maneja, es ese pensamiento el que logra desencadenar la reacción de estrés y aparece la necesidad de activar la respuesta de la relajación preventivamente. El poder manejar la secuencia cardíaca, tiene que ver con vivir mucho más relajados.
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