Las esencias florales trabajan a nivel energético, ayudan a potenciar los estados de ánimo positivos y crean una sensación de bienestar.
Este tratamiento terapéutico es inofensivo por lo que se lo puede administrar a los niños. Te mostramos cuales son las flores que ayudan a resolver los problemas más comunes de los niños.
Las flores de Bach trabajan más rápido que en los mayores, los niños no presentan resistencia ya que son “seres nuevos” que no han tenido tiempo de acumular frustraciones y trastornos en la medida de un adulto. Por ende, pueden beneficiarse con esta terapia floral a la hora de enfrentar diferentes problemas característicos de esa época de la vida.
Timidez: es una respuesta común en los niños a la hora de adaptarse al entorno social, si se presenta de manera recurrente, el Mimulus lo va a ayudar a superar la vergüenza y el miedo.
Agresividad: los niños que buscan llamar la atención con rabietas, son desobedientes pueden utilizar el Vid, la vid es un remedio que ayuda a utilizar sus cualidades de líder de manera positiva.
Hacerse pis en la cama: debe averiguarse la causa de su estrés. Si el objetivo es llamar la atención, la flor Chicory le posibilitará sentirse más independiente; si tiene pesadillas o está inquieto, los remedios florales más útiles pueden ser Rescue Remedy, Rock Rose o Cherry Plum.
Pérdida: la pérdida de un abuelo, de un padre, de un amigo o de un animal son situaciones críticas. El Gentian colabora a superar el desánimo y la Star of Bethlehem a hacer el duelo y curar las heridas.
Existen flores para tratar problemas de aprendizajes, celos, irregularidades en el sueño o cambios en las rutinas, todos trastornos muy frecuentes en la niñez.
Al optar la fórmula floral es necesario tener en cuenta la personalidad del niño ya que es la que determina la respuesta a situaciones de conflicto y potencialmente estresantes, no deben olvidarse de los problemas concretos que está atravesando, sus cambios de humor debido a situaciones externas o su malestar personal.
El tratamiento con flores de Bach busca que el niño pueda comunicarse con su entorno y trata de ayudar a restablecer el diálogo y la capacidad de expresarse.
Es fundamental, como papás, estar atentos a los síntomas y observar qué nos quieren decir a través de gestos y del lenguaje no verbal. Esto ayudará al terapeuta a lograr mayor precisión al seleccionar la fórmula floral que le posibilitará a los niños superar sus dificultades y obtener un estado de plenitud emocional.
Fotografía: Vicki Taufer
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